LA DINASTIA DE LOS JUANES RUIZ, TRES JUDOCAS CON FUTURO
LA DINASTIA DE LOS JUANES RUIZ, TRES JUDOCAS CON FUTURO
*Con el apoyo de sus padres Francisco y Lais, Juan Pablo, Juan Sebastián y
Juan Lucas, se proyectan hacia sueños dorados.
El rol de los padres en los procesos y en el desarrollo deportivo de un atleta es importante y fundamental porque siente de cerca el apoyo y la figura familiar que los motiva. Este es el caso de Francisco Ruiz y Lais Guerrero, una pareja de esposos que con esfuerzo y amor han sacado adelante a sus tres hijos: Juan Pablo, Juan Sebastián y Juan Lucas, en un deporte como el judo que incursionó hace pocos años en el departamento del Atlántico.
LAIS, VIENTRE DE ORO
Lais, la esposa y madre de estos tres deportistas, es una mujer espiritual, consagrada a Dios, y
quien ha sido la columna vertebral de su
familia, la reina entre cuatro varones: su esposo y sus tres hijos, a quienes siempre
apoyó en la decisión que tomaron porque
a pesar de ser un deporte de contacto, ella siempre guiada por el instinto de
protección de madre reconoce que sintió
temor al principio, y mucho susto cuando ellos salían a competir, pero confió y confía plenamente en el
trabajo del entrenador, Francisco, al cien por ciento.
“Si, al principio sentí un poco de temor, pero siempre tuve la fe puesta
primero en el Rey que es Dios y en el
excelente entrenador que es su padre, porque si hay algo que yo siempre admiro
y resalto es que ellos cuando están en los entrenamientos ya no es su papá, ya
es el entrenador como tal, así que le llaman entrenador, como lo hacen los
demás”, resaltó la orgullosa madre.
“El judo es algo que ellos llevan en
la sangre. Aquí en mi casa se habla de judo, prácticamente nos falta como un
espacio para montar un tatami, porque aquí todo es judo, tanto que yo me he
familiarizado con idioma de este deporte”, señaló Lais.
Ella le agradece a Dios por su hogar,
por sus tres varones, aunque humanamente, terrenalmente, quería una niña, su sueño era tener una niña
porque se desvive por las niñas. Pero hoy entiende que el plan de Dios es tan
perfecto y que el Creador escogió su vientre para propósitos porque sus tres
hijos tienen un propósito, primero en Dios y en la parte terrenal en este deporte
como lo están llevando, en donde se destacan. Los tres hoy tienen medallas de oro.
“Yo sé que con la ayuda de Dios ellos van a seguir triunfando, esto se los
he inculcado, que primeramente tener a
Dios en primer lugar, por eso antes de salir a competir siempre se hace el altar
familiar, siempre se ora, los tres y Francisco oran antes de entrar en
competencia. Y me gustó mucho que los demás chicos de la liga siempre buscan
también la oración, porque cuando está la presencia de Dios sabemos que ahí no
hay nada que se pueda romper”, anotó
“Le doy gracias a Dios por mi vientre, por escoger a estos tres varones ,
los tres Juanes porque es historia, que los tres Juanes siendo del Atlántico de
un mismo vientre sean campeones nacionales, por eso yo hoy entiendo que fue
propósito de Dios. Si no permitió la niña fue por algo. Yo estoy grandemente
agradecida con Dios por estos tres varones y con el esposo que me dio”, aseguró.
A falta de niña, Lais, es la reina. “ Si, entre los cuatro me consienten
mucho. Como todo en los hogares los tres hijos son diferentes: Juan Sebastián
es el que está demasiado pendiente de mi, Juan Pablo es muy protector y Juan
Lucas es muy amoroso, y Francisco es muy amoroso como esposo, entonces cada uno tiene su esencia. No es fácil, de
pronto muchos dicen que estamos viajando, que nos estamos divirtiendo pero el
papel de madre no es fácil salir y ver uno a su hijo que está ahí, es un
cansancio mental, pero le doy gracias a Dios por todo lo que hemos adquirido”.
FRANCISCO, PAPÁ-ENTRENADOR
Francisco, un monteriano que se crio como judoca cuando fue a estudiar
química en la Universidad de Antioquia. “Cuando Juan Pablo nació, un 2 de enero
de 2002, a las dos de la tarde, yo lo veo treinta minutos después, él estaba
bocarriba y se volteó, tenía treinta minutos de haber nacido y yo dije:
¡carajo, campeón olímpico! Fue lo primero que se me vino a la mente”.
LOS INICIOS
En un caluroso gimnasio ubicado en el estadio metropolitano Roberto
Mélendez, Francisco Ruiz, padre y entrenador de Juan Pablo (20 años), Juan
Sebastián (12 años) y Juan Lucas (8
años), tres judocas comprometidos con su deporte, descubrió la habilidad a los
7 años del mayor de la dinastía de los juanes del judo: Juan Pablo.
“Dudamel Barboza, mi amigo, entrenador del Cesár me regaló un uniforme
pequeño para Juan Pablo. Yo lo llevé a la liga, pero me dijo que no le gustaba
el judo, entonces yo le pregunté: ¿ qué quieres hacer? Me respondió que le
gustaba el bicicross y como vivíamos cerca al Jardín Botánico (barrio La
Victoria) lo llevamos a la pista de bicicross. Allí hizo sus pininos en el bicicross.
Le gustaba también el fútbol y fue portero; algún día lo acompañé a un partido
y fue la gran figura, le metieron tres goles, metió tres goles e hizo un
autogol. Y a las dos semanas me dice: pá donde está mi uniforme que quiero ir
a judo y desde allí no dejó más el judo”,
anotó Francisco.
Con nostalgia recuerda las prácticas en el monumental de la Ciudadela 20 de
Julio cuando tomaba de la mano a Juan Pablo y tenían que ir a pies y regresar a
pies. “Nos íbamos a las 7 de la mañana a entrenar y luego cuando ya él creció más, nos tocaba en las tardes y
en ocasiones era muy duro porque salíamos a la una con el sol caribeño,
acariciándonos. Pero todo eso fue un esfuerzo que valió la pena, y hoy día le damos
gracias a Dios porque nos cambió las
condiciones”, recuerda. “Hoy tenemos nuestro vehículo, viajamos, y todo eso
valió la pena”.
Juan Pablo, un enamorado del judo cuando compitió por primera vez en un torneo tuvo que bajar un poquito de peso, hacer
el esfuerzo y fue el único representante del Atlántico de seis que asistieron, obtuvo medalla y desde ese momento se enamoró del
podio. Y de ahí para acá siempre ha estado presente en cada una de las
competencias en el podio y en lo más alto del cajón.
Juan Pablo: ¿sinceramente, esos tres goles que te anotaron fueron los que te hicieron cambiar de deporte?
"Pues sí, pensé que eso no era lo mío, y más que ya tenía a mi papá que me
enseñaba, que me iba mejorando, y pues si me hizo cambiar de deporte”.
La incursión de Juan Pablo, sus triunfos y sus primeras medallas fueron el
espejo para que Juan Sebastián, el
segundo, sub 13, también amante del fútbol, se enamorara también del judo: lo
veía triunfar y quería ser como él. “Yo veía a mi papa como le enseñaba;
observaba esa amistad que hay en el deporte, eso me hizo decidirme por este lindo deporte”, anota
Por su parte, Juan Lucas, de 8 años de edad, entre el fútbol y la natación, decidió ser judoca porque veía también a su papá entrenando a sus hermanos, lo cual lo inspiró a querer ser mejor que el mayor, y ser un campeón.
Francisco papá y Francisco entrenador: ¿Cómo es
esa combinación, esa relación?
Para Francisco el rol papá-entrenador son cosas que se aprenden, porque
realmente nunca pensó en ser entrenador de judo. De estudiante de química pura en la Universidad de Antioquia, la vida lo llevó, lo condujo para ser
entrenador.
“A veces yo digo si me hubiese dado cuenta para que vine a este mundo, no hubiese
estudiado química sino licenciatura. Gracias a Dios estudié profesional en
deporte y cultura física en la Universidad Autónoma del Caribe para poder
cualificar y tener los conceptos claros como entrenador. Pero en ese
transcurrir de mi trabajo, yo me di cuenta que si quería triunfar con mis
hijos, debíamos separar los roles de padre y entrenador”, acotó.
Y así se los hizo saber a sus hijos, porque ley entra por casa. “En una ocasión en un torneo
Juan Pablo me decía: papi esto, papi lo otro… y le dije yo aquí no soy papi, yo
aquí soy tu entrenador”.
“Estando en una final de Juegos Supérate en Bogotá todos los chicos cometieron una falta y
dentro de ellos estaba Juan Pablo, y yo a todos les hice las observaciones y les
dije que nadie tenía corona, que por el hecho de ser mi hijo él también debía
asumir la responsabilidad del castigo
que se le iba a implantar, que era hacer el aseo en la liga durante un mes, todos.”.
Esa enseñanza o lección la han prendido, de hecho cuando están en la liga,
todos le llaman profe, profe y cuando están en un torneo también.
Pero ese rol desaparece cuando
Francisco llega a casa porque dialoga
con ellos, les hace charlas técnicas no como entrenador sino como papá y los
orienta. Se esmera para ser el padre más amoroso, más comprensivo y de ponerse
mucho en los zapatos de ellos, ya que la vida del deportista no es fácil. El
atleta en cualquier deporte tiene que renunciar a muchas cosas.
Francisco resalta que si hay algo
muy bonito entre sus tres hijos es que son muy unidos, se apoyan, son hermanos,
son amigos. Y cuando tienen la oportunidad de salir a recrearse, lo hacen.
“Antes del viaje al nacional fuimos a playa para tener esa conexión con Dios. Tener ese grado de espiritualidad, de hacer un último entrenamiento y divertirnos. El fin de año igual, lo tomamos, nos vamos de vacaciones, nos vamos a otro departamento, hacemos muchas cosas juntos y ahí sale el papá, porque el resto del tiempo es el entrenador”, recalca.
Esa es la vida que ellos con su papá
escogieron y por eso tiene que estar el entrenador ahí constante, y con el
respaldo siempre de Lais, mamá, que los ayuda mucho con las dietas y con sus
obligaciones.
Juan Pablo dice que los dos son un gran apoyo como papá y mi mamá, porque
siempre están ahí, ayudándolos en todo con la dieta y dándoles ese respaldo
moral sobre todo cuando no tienen ganas
de hacer nada o están cansados. Ellos siempre están dándoles ese empujón para seguir luchando por sus sueños.
Juan Sebastian, respalda lo que dice su hermano mayor y reitera que siempre
cuentan con el apoyo de sus padres porque ellos les ayudan cuando están desmotivados, cuando necesitan de esa
mano para cuidarlos, buscando lo mejor
para ellos.
El mas pequeño y mas piloso, Juan Lucas, dice que cuando ellos están desmotivados siempre está allí la ayuda de su entrenador y de su mamá para darles el aliento y el apoyo para seguir compitiendo.
¿Cuando compiten ven mas papá o entrenador?TITULO NACIONAL Y CELEBRACION A LO MIGUEL ANGEL
BORJA
“Yo le probaba el temperamento a Juan Pablo cuando iba creciendo. Hoy, le
veo ese carácter como competidor, ya no es que no le da nervio, él sigue
disfrutando el combate, lo piensa, es muy inteligente. Cuando uno está allá
dentro uno se bloquea, uno no ve, sino al contrincante. Y Juan Pablo ya saca el
tiempo para celebrar, para hacer la celebración de Borja. Ya a mi se me había
olvidado, habíamos planeado esa celebración.
Ya él tiene esa madurez y por ese camino lo vamos a seguir llevando”.
En el reciente campeonato nacional de judo celebrado en Popayán, dos de los
tres Juanes ganaron medallas de oro en sus respectivas categorías: Juan Pablo en
junior (81 kgs), Juan Lucas en sub 11 (menos de 28 kgs).
“Fueron contundentes, fueron victorias increíbles con muchachos muy buenos. Y cuando ganamos nos copiamos de la celebración de Borja, el futbolista (Miguel Angel, jugador de Junior) y eso fue la locura en el escenario porque los dos la hicimos al tiempo y todo mundo señaló, yo pensé nos iban a sancionar los árbitros, porque el judo es un deporte muy marcial y pueden tomar eso como una ofensa al perdedor, pero no fue así. Yo pregunté: qué dijeron los árbitros, como me estaban señalando… y no, dijeron: ay mira que chévere. Fue algo muy bonito que lo hicimos los dos al tiempo y fue espectacular”, manifestó Francisco.
¿Por qué esa celebración como Borja?
“Lo he admirado mucho y me he dado cuenta que es un gran jugador, además,
de eso tiene algo bonito, que diezma, es muy disciplinado, muy humilde y me
llama mucho la atención y su celebración me gustó desde que lo vi y dije algún
día cuando vuelva a ganar la hago, se dio la oportunidad en el torneo y me
acordé y la hice dos veces”, destacó Juan Pablo.
Los tres ya son campeones nacionales: Juan Pablo, Juan Sebastián y Juan
Lucas, este último en su primer torneo
(Popayán) quedó campeón ganándole a un chico más grande y más fuerte, del
departamento de Risaralda.
“Esa vez, sí, me desmotivé un poquito. El era un muchacho muy fuerte y ya nos habíamos enfrentado varias veces y siempre había perdido, pero saber que le había marcado, que en ese momento echaron a mi entrenador, me desconcentró un poco y estaba muy triste porque hice los puntos, pero seguí adelante. Porque lo bonito de este deporte es que da revanchas”, dijo. Y así fue, porque al siguiente año (2018) ganó la medalla de oro en su natal Barranquilla y como estaba en undécimo grado obtuvo además la beca que otorga Coldeportes (hoy Ministerio del Deporte).Con esa beca actualmente cursa quinto semestre de licenciatura en educación física, recreación y
JUEGOS NACIONALES 2023 Y JUEGOS PANAMERICANOS 2027
Para los próximos Juegos Deportivos Nacionales 2023 en el Eje Cafetero, Francisco
tiene claro el objetivo con Atlántico: “la meta es es tener un equipo completo
y por primera vez después de tantos años, tenemos uno de 8 deportistas, después de haber realizado un
gran trabajo. Tenemos una niña, Vanessa
Mendoza, medalla de oro en menos de 44 kgs en Popayán y estamos rescatando
deportistas que estuvieron con nosotros como Juan Manuel Patiño, entre otros”, aseveró
“En mayores las cosas cambian un poco pero Juan Pablo tiene la trayectoria,
la personalidad, el temperamento para estar en lo alto del podio en Juegos
Deportivos Nacionales”.
“En cuanto a los Juegos Panamericanos 2027 es un sueño de solo pensarlo
aquí en nuestra ciudad la piel se me eriza y mi objetivo como entrenador es ser
parte del cuerpo técnico, no quiero estar como en los Centroamericanos que fui
parte del comité organizador, sino como parte del cuerpo técnico. Y uno de mis
sueños es que mis dos hijos Juan Sebastián
y Juan ´Pablo hagan parte de la selección Colombia, que por la
edad les da; que triunfen en su tierra, que por lo menos los coloquen en las
vallas en la ciudad para promocionar el deporte y que sean ellos los dos
barranquilleros que aparezcan en esa valla promocionando el judo, eso es algo
que nos ilusiona”, son los deseos de Francisco.
Y agrega “porque si los Juegos Centroamericanos fueron bonitos, pienso que
los Panamericanos van a ser mucho mejor porque reúne a todos los países de los
continentes y todo esto nos llena de emoción de que triunfemos
en nuestra tierra, ellos como judocas y yo como entrenador”.
Juan Pablo escucha con atención a su padre y dice que un día soñó y se va a
hacer realidad: que los tres representen
al departamento para dejarlo en alto, competir en el mismo equipo y para
él sería un sueño ya que sus hermanos Juan
Sebastián y Juan Lucas les ve mucho futuro.
Pero lo llena de sentimiento recordar que la primera vez que Juan Sebastián
viajó internacionalmente no se dio el resultado que querían, por eso se vino
abajo, aunque después soltó ese espíritu
y ganó bronce en su primer viaje. “Eso
me dio mucha alegría y ver a Juan Lucas ahora competir en su primer torneo, me da mucha
satisfacción y descanso porque se que ese sueño que tengo se va a
cumplir. Y se que van a llegar muy lejos”, recalcó Juan Pablo
Y como todo deporte siempre busca complemento en otra disciplina que les ayude a desarrollarse más, practican las pesas (halterofilia), se apoyan con el profesor Mario Moreno, quien los ayuda a diseñar los planes de trabajo, también practican la natación porque en este deporte se trabajan todos los músculos y se adquiere una gran capacidad a nivel de la resistencia ya que el judo es un deporte que es en ausencia de oxigeno. Trabajan mucho la resistencia, trabajan todos los músculos, fortaleciéndolos. Y como ya los trabajos han cambiado tanto, ya no necesitan trotar tanto sino que hacen ejercicios específicos el cual desarrollan con cuerdas: velocidad y resistencia en un salto de cuerda o rutinas especificas en gimnasio. Tienen un equipo de pesas olímpicas de 400 kgs en discos, cuatro barras y algunos aparatos en la liga en donde hacen los trabajos.
¿Qué tipo de alimentación llevan para su
desarrollo y proceso deportivo?
“No es fácil tener en casa cuatro deportistas, incluido el entrenador, y a
la vez tengo que sacrificarme yo. Por ejemplo, Juan Sebastián tiene que
mantenerse en el peso, tiene que comer mucha fruta, mucha verdura; Juan Lucas tiene que comer harinas por el peso porque está creciendo,
tiene ocho años, y Juan Pablo mantenerse en el peso, aunque le gusta mucho
comer salchipapa, es su plato preferido. Pero en el desayuno se le hace 6 ó 7 huevos, 5 empanadas y siempre bastante
ensalada”, asegura Lais.
“Francisco debe comer mucha ensalada. No es fácil pero yo lo hago con mucho
amor, cuando ellos llegan y cuando se van a entrenar. La verdad que lidiar con
deportistas y mas si son hombres no es fácil pero le doy gracias a Dios, aunque
Juan Pablo hace trampa, le pica mucho a la comida de la otra, sino está la
comida a tiempo. De 11:30 a 12 pm tiene
que estar la comida lista. Todo es importante para su alimentación. Cuando
llegan de entrenar, no han entrado a la casa cuando ya la comida debe estar en
la mesa. Mucho jugo, aquí en mi casa se hacen tres o cuatro jarras de jugo, bastante
hidratación. Bastante fruta, bastante avena, cereales, en eso baso la
alimentación”, resalta.
Afortunadamente tienen además una nutricionista que les ayuda en los planes
alimenticios para sus tres hijos quienes, según Francisco y Lais, no comen lo
que pueden sino lo que deben. Ellos además tienen su descanso, tienen
recreación y tienen una disciplina.
“Ojalá pudiéramos tener una casa grande para tener a todos los
muchachos de judo porque algunos comen una sola vez al día, llega el profesor y
les exige pero no tienen un rendimiento bueno. Entonces me dicen, profe es que
no almorcé, o lo único que comí fue arroz. A algunos los invito a comer a mi
casa o les llevo el almuerzo. Entonces tenemos esa guía nutricional donde no
pueden comer cualquier cosa, aunque a veces cometan sus pecadillos porque son
niños, jóvenes y tampoco hay que coartarle las etapas”, señala Francisco
En época de vacaciones aprovechan
para comer salchipapas, hamburguesas, pero dentro de todo
eso se cuidan porque cuando las piden se aseguran de que tengan pocas salsas,
es decir, que el pecado no los efecte.
Los nombres de ellos no es casualidad, los juanes. El papá de Francisco era
muy católico y le colocó el nombre a
Juan Pablo. Juan por el discípulo preferido de Jesús y Pablo porque regó el
evangelio. Pero Francisco quería colocarle Juan Sebastián, y por eso cuando
nació el segundo le dijo a su esposa colocarle este nombre. Y cuando salió el
tercero, le dijo: “ya le tocó Juan, porque no vamos a dañar la cadena y nos gustó el
nombre de Juan Lucas”.
“Los Ruiz queremos y vamos a implantar un récord a nivel mundial: tres
campeones mundiales y olímpicos que se llamen Juan Ruiz y que el papá haga
parte del hall de la fama de la Federación Internacional de Judo, con estos
tres triunfos”, asegura Francisco
“Si no se puede acá en Colombia, será en otros países, ya somos reconocidos y tenemos la oportunidad, porque nos han hecho propuestas para otros países y sé que en esos países lo podemos lograr, ir a mundiales e ir a olímpicos”, agregó.
EL AMOR Y EL DEPORTE-
Juan Pablo tiene una relación con
Ana García, una pesista, con quien lleva un año de noviazgo y de ella destaca una persona que lo ha
ayudado mucho a crecer, a confiar, porque hubo un tiempo en que se vine abajo y
fue no solo en su familia sino también en ella también en donde encontró apoyo,
y sintió que volvió a subir. Ana lo ha ayudado mucho como persona y como deportista.
La próxima competencia de Juan Pablo (menos de 81 kgs) será representar a Colombia en los Panamericanos Junior de judo en Lima, Perú, del 10 al 12 de abril del presente año. Se estará desplazando el jueves 7 de abril en la noche, llegará a Lima a las 5 am, compite el 10 y regresa el 12 a Barranquilla. Este evento es clasificatorio al campeonato mundial junior a celebrarse en Guayaquil, Ecuador, y después el Open en Cartagena en junio.
El judo es una gran familia en donde buscan una mutua prosperidad y por eso
tienen planes no solo para el Atlántico
sino para la Costa Caribe, que se convierta en un polo de desarrollo para este
deporte, ayudar a las otras ligas como Magdalena, Sucre, Guajira, que están
emergiendo, para que con la experiencia de Atlántico que tiene un poco más de desarrollo ayudarles para que sea una hermandad caribe
Los sueños sin acción no se cumplen. Se cumplen trabajando día a día y en esta familia todos son un complemento: se colaboran mutuamente, se ayudan, esto lo resaltan a nivel nacional, ya saben quienes son los Ruiz. Ya Atlántico no es una liga comodín: antes decían, ah Atlántico, ya pasamos. Ahora no, cuando ven que llega Atlántico, ven a Juan Pablo y sus hermanos Juan Sebastián y Juan Lucas los reconocen y los respetan. Sí, es la dinastía de los Juanes Ruiz, tres judocas con futuro.
Luz Mila Torres Ruiz
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