El periodismo, una base de la escritura

Tongolele no sabía bailar, publicada por Alfaguara en 2021, es la novela más reciente de Sergio Ramírez. Foto: FIL Guadalajara

Perseguido, exiliado en España, despojado en febrero pasado de su nacionalidad nicaragüense y de su título de abogado y con una orden de aprehensión en su contra esperándolo en su país natal, al escritor Sergio Ramírez (1942) terminará este año con un acontecimiento feliz: festejar la octava edición de “Nombrar a Centroamérica porque Centroamérica cuenta”.

A sus 81 años, el Premio Cervantes 2017 encabezará la delegación de seis autores de la región que participarán los días 28 y 29 de noviembre en la edición 31 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, donde se creó este programa con la intención de “visibilizar lo más destacado de la producción literaria del istmo centroamericano, enriquecer el panorama editorial del continente y difundir en el mercado internacional la obra de sus escritores”.

Además de Ramírez, en las dos mesas de análisis participarán los costarricenses Oscar Núñez Olivas y Shirley Campbell Barr; los salvadoreños Michelle Recinos y Mauricio Orellana Suárez, y la guatemalteca Carol Zardetto, informó la FIL Guadalajara.

El tema central de este año será cómo los escritores centroamericanos abordan la realidad como punto de partida, “considerando al periodismo como herramienta de escritura en la ficción y en la no ficción, y la relación entre la escritura y la historia”.

El primer diálogo se realizará el 28 de noviembre, entre Orellana Suárez, Campbell y Núñez Olivas, y estará moderado por el periodista cultural peruano Enrique Planas.

Ramírez, presidente fundador del festival literario Centroamérica Cuenta, coorganizador de esta iniciativa, participará en la segunda charla el 29 de noviembre, acompañado por Recinos y Zardetto, moderados por el periodista panameño Daniel Domínguez.

Destaca la visita de Campbell Barr, poeta, antropóloga y experta en cooperación internacional y feminismo afro. Su poema “Rotundamente negra” es ya un símbolo de reivindicación del movimiento afrodescendiente en la región.

En entrevista con Excélsior realizada en mayo pasado, Sergio Ramírez comentó que, a pesar de las adversidades, preserva sus ideales y “la certeza de que elegí el oficio que más deseaba en la vida, el de escritor. Lo he ejercido con responsabilidad y, si algo seguiré siendo el resto de mi vida, será escritor. La escritura es un ejercicio permanente de libertad creativa. El encuentro con la literatura siempre debe ser gozoso”.