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Un soñador en un mundo desolado, Jorge Julio Rocha

 

                        Un soñador en un mundo desolado, Jorge Julio Rocha

Seúl 1988 era una cita olímpica con bajas expectativas respecto a los atletas colombianos, pues en los Ángeles 1984 solo Helmut Bellingrodt en la modalidad de tiro al Jabalí consiguió una medalla para nuestro país. De una delegación colombiana compuesta por 44 deportistas, solo uno resaltó por prometer que conseguiría una presea de oro.

Jorge Eliécer Julio Rocha nació el 4 de abril de 1969 en El ReténMagdalena, pero desde pequeño vivió con su abuela en Barranquilla, pues sus padres viajaron a Venezuela. Fue en  esa ciudad más exactamente en el gimnasio del barrio El Bosque, donde nació un campeón tanto nacional como internacional.

Su inicio en el boxeo fue gracias a un primo, el campeón mundial Fidel Bassa, y la práctica de la disciplina, luego de que sus tíos le consiguieran la inscripción, le generó un gusto que lo convenció a quedarse en el deporte. Por aquel entonces, la situación económica en su hogar era complicada, por lo que junto con sus hermanos trabajó desde muy joven vendiendo pescado y siendo celador.

Esa experiencia, junto con las enseñanzas de sus abuelos y tíos, forjaron el carácter de un boxeador que con golpes tan rectos como su camino decidió ser campeón del mundo. Enfocado en su objetivo, Jorge mantuvo la exigencia como la brújula en un camino donde lo principal era avanzar y progresar.

A sus 13 años de edad, Jorge fue descubierto por el entrenador de boxeo Jorge García Beltrán, desde aquel momento la ‘Arenosa’ fue testigo de quién sería el mejor boxeador de los torneos nacionales en 19861987 y 1988, pero quedaba una hazaña más grande, una que no comenzó de la mejor manera.

Durante 1988Jorge consiguió su clasificación a los Juegos Olímpicos de Seúl, sin embargo, a falta de dinero oficial para financiar su viaje e instancia en Corea del Sur, los barranquilleros volvieron realidad la participación tanto de Jorge como del boxeador Simón Morales, que disputaría la categoría peso mosca, y el entrenador que lo adoptó, así es, Jorge García Beltrán.

Jorge Eliécer levantó la mano cuando nadie más lo hizo, pues no se iría de Seúl sin conseguir una medalla de oro. El 17 de septiembre de 1988, en el peso gallo (51-54 kilogramos), el colombiano inició su única participación olímpica enfrentando al filipino Michael Hermosilla.

Los potentes golpes del colombiano permitieron que consiguiera su primera victoria, pues en el tercer round el filipino no aguantó y el árbitro finalizó el combate. Cinco días después, Jorge Eliécer mantuvo la racha ganadora tras una contundente victoria por decisión unánime (5:0) frente a Felipe Nieves (Puerto Rico).

Aunque en la tercera ronda se enfrentó al subcampeón de la categoría en ese momento, el alemán René Breitdarth, el colombiano continuó infalible y ratificó su promesa de la presea olímpica tras el 4:1 de los jueces. Los cuartos de final lo emparejaron con el campeón asiático Katsuyuki Matsushima, quién no soportó los contundentes golpes que Jorge le conectó, la decisión unánime decretó que la semifinal era el siguiente paso.

El 29 de septiembre de 1988Jorge Eliécer estaba a un paso de disputar el oro o a una derrota de terminar con el bronce, el búlgaro Aleksandar Khristov era el rival. El combate inició a favor del europeo, pues arrinconó al colombiano y no le permitió conectar ningún golpe contundente.

Con el paso del tiempo, el colombiano estuvo mejor en el ring y fue superior a su rival a través de su rapidez y fortaleza, por un instante parecía que el nocaut estaba cerca de ser realidad. Sin embargo, el europeo resistió las embestidas y la decisión del ganador quedó en los votos de los jueces.

Una decisión dividida partió en dos el corazón de quién hizo méritos para avanzar a la final, Jorge perdió (3:2) el combate que dominó y que no le permitió alcanzar el preciado oro olímpico. Aunque no era la presea dorada, el bronce del boxeador fue el único que Colombia conquistó durante los Juegos Olímpicos de Seúl 1988.

Su llegada a nuestro país y, sobre todo, a Barranquilla fue la de un héroe que, a sus 19 años y contra todo pronóstico, consiguió con sus propias manos un metal olímpico. Este triunfo desencadenó que, en 1989Jorge fuese profesional y que tres años después (9 de octubre de 1992) consiguiera el título mundial de peso gallo tras vencer por decisión unánime al estadounidense Eddie Cook en la Plaza de Toros de Cartagena.

Aunque su reinado fue corto en el peso gallo, pues terminó el 23 de octubre de 1993, volvió a recuperar el trono el 28 de julio de 1997 hasta el 8 de enero del 2000 cuando lo perdió frente al estadounidense Johnny Tapia. El retiro del colombiano fue en 2003, dejando un registro de 49 peleas disputadas, 44 ganadas y cinco perdidas, junto con cinco campeonatos nacionales, dos veces campeón mundial de la categoría gallo, tres veces el título de boxeador más técnico y la única presea olímpica colombiana (bronce) en Seúl 1988.

Comunicaciones COC

 

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